EL CATARISMO Y LOS CATAROS EN LAS TIERRA DE OCCITANIA.

giovedì 31 gennaio 2008

EL CATARISMO:INTRODUCCION

El hombre de la Edad Media occidental, que reza, que lucha, que trabaja, según el reparto en tres órdenes de la sociedad, percibe el arte, la política, lo social, la vida, la muerte ... en una palabra, el mundo que le rodea, en términos específicamente religiosos. La casi totalidad de sus referencias son cristianas. Su universo mental no puede salir de allí. Concibe su propia existencia como resultado de una creación (no pondrá en cuestión esta concepción hasta finales del siglo XVIII). Toda su vida social y privada se centra en su salvación y gira en torno a un tema recurrente: Dios.



Alrededor del año 1000, es decir a partir del momento en qué aparecen los primeros documentos escritos, cuando el clero regular católico se encierra en prestigiosas Abadías con gran proyección intelectual y filosófica, y el clero secular ( los clérigos del campo y de los burgos ) vive sumergido en la incultura general, los aires de reforma envuelven al pueblo cristiano, en busca de un regreso a los ideales evangélicos de pobreza ("si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que tienes, cédelo a los pobres y tendrás un tesoro guardado en el cielo. Después regresa y sígueme"), de pureza en las costumbres y de predicación de la palabra de Dios.

La Reforma Gregoriana, entre los siglos XI y XII, se convertirá en una primera tentativa de respuesta por parte de la Iglesia católica, a los nuevos problemas planteados por un cristianismo instalado en una Europa en paz.

Clérigos y laicos salen a la calle, para predicar el Evangelio, sin preocuparles obtener ni la autorización de Roma, ni el derecho a traducir las Escrituras del latín. Algunas iniciativas no prosperan; otras son reconocidas por la Iglesia de Roma (Francisco de Asís y la orden de los hermanos menores, Domingo de Guzmán y la orden de los hermanos predicadores,...). Otros se constituyen en movimientos divergentes, reformistas en lo que se refiere al dogma pero sobretodo, en lo relacionado con las costumbres católicas.

El catarismo se inscribe en el contexto de fervor espiritual que acabamos de definir y dentro del cual surgían las iniciativas de los clérigos más entusiatas, pero también de laicos, siempre animados por el deseo de seguir al Cristo en toda su pobreza evangélica y por alimentarse de la Palabra de Dios. Esta doctrina tuvo una gran difusión en Occitania, donde un nivel cultural más elevado facilitaba el desarrollo del espíritu crítico en los estamentos más doctos. Su ideal de justicia provocó la adhesión popular, y su ataque al poder temporal de la Iglesia suscitó las simpatías de la nobleza.

Precisamente, por la extensión y la importancia que tuvo en Occitania, los cátaros son conocidos también con el nombre de albigenses (de la ciudad occitana de Albi que llegó a congregar un importante número de cátaros ), a pesar de qué los pricipales centros fueron Tolosa de Lenguadoc, Narbona, Carcassona, Besiers y Foix. El nombre de cátaros (del griego "puro") lo recibieron de los católicos. Ellos mismos se llamaban cristianos o buenos hombres.

El catarismo fue un evangelismo. Uno de los puntos centrales del propósito de vida cátara es la observación literal de los preceptos del Cristo y, especialmente del Sermón de la Montaña. Caracterizados por el rechazo total de la violencia, de la mentira, y del juramento, los cátaros se mostraron a las poblaciones cristianas com unos predicadores (itinerantes y pobres individualmente) de la Palabra de Dios.

Los esfuerzos del Papa para llevar a los cátaros a la ortodoxia católica se malograron. Ni cistercienses ni dominicos lo consiguieron. El asesinato en 1208 de Pedro de Castelnou, legado pontificio, dicidió al Papa Inocencio III a cambiar de táctica y utilizar la violencia. Se inició así la cruzada contra los cátaros. Esta cruzada fue una gran ocasión que se le brindó a la monarquía francesa del Norte para ocupar las tierras del Sur, más rico y civilizado. Esta violencia contra los cátaros continuará años más tarde con los procedimientos empleados por la Inquisición y las posteriores hogueras colectivas ordenadas por los distintos brazos temporales de la Iglesia de Roma.

Esta forma de vivir la religión fue prácticamente exterminada durante la segunda mitad del siglo XIII, a pesar de qué todavia se mantuvieron algunos reductos en Occitania hasta el siglo XIV, y en Italia y Albania hasta el siglo XV, dejando, más allá de una larga obliteración, un mensaje vivo que da a quien quiere leerlos, la memoria de los documentos medievales: cristianismo sin condena eterna y sin cruz, rechazo del mal y de la violencia y total confianza en la bondad fundamental de la naturaleza humana.


http://www.xtec.es/~apalau12/introcas.htm

CARCASSONNE

Carcassonne está situada en la región francesa de Aude, a 160 kilómetros de la frontera española y a noventa de Toulouse. Con 45.000 habitantes, en la ciudad se distinguen dos partes claramente diferenciadas: la ciudadela fortificada, importante enclave medieval que jugó un importante papel en la cruzada contra los albigenses; y la villa, creada posteriormente para dar cabida al crecimiento de la población.

Los primeros asentamientos en lo que hoy es Carcassonne se produjeron hacia el siglo VI a.C., como demuestran las excavaciones arqueológicas que han localizado restos de cabañas construidas por los Iberos. Estos pobladores fueron desplazados hacia el 300 a.C. por los Volcae-Tectosages, una tribu de origen centroeuropeo.

Los romanos conquistaron la región de Narbona el 122 a.C., y se asentaron en Carcassonne debido a las condiciones estratégicas que le permiten dominar la zona. A ellos se atribuye la construcción de las primeras murallas, como demuestra la construcción de las torres y las murallas evitando las líneas rectas, en un intento de reducir la efectividad de un ataque con arietes. Los muros se construyen con capas alternadas de piezas de piedra y bandas de ladrillo rojo.

La situación estratégica en que se ubica la ciudad la convirtió en un importante objetivo de conquista durante las distintas épocas de la historia. Como consecuencia de esto, las fortificaciones de la plaza sufrieron continuas ampliaciones y mejoras para adaptarse a la evolución de las técnicas de guerra.

En el año 350 la ciudad fue tomada por los francos, aunque los romanos la recuperaron enseguida y comprendieron la necesidad de reforzar sus defensas. Sin embargo no fue suficiente para evitar que la ciudad cayera en manos de los visigodos en 436, durante el reinado de Teodorico.

Las técnicas constructivas desarrolladas por los romanos para sus fortificaciones permanentes fueron imitadas por los visigodos para compensar sus pocos conocimientos arquitectónicos. Su actividad, difícilmente diferenciable de la de sus antecesores, no aportó nada nuevo a las construcciones sino que se limitó a reponer los destrozos causados durante las batallas con que reyes locales como Clovis, Gondebaud y Gontran intentaban recuperar la ciudad.




Entre los siglos XI y XIII se acometieron importantes obras como el Palacio Condal y la reconstrucción de las murallas, que después del período visigodo, y especialmente desde la conquista de la ciudad por parte de los sarracenos, estaban bastante maltrechas.

Bernard Aton Trencavel, vizconde de Albi, Nimes y Béziers se proclamó vizconde de Carcassonne, que hasta entonces había pertenecido al condado de Barcelona y que no reclamó su feudo.

Situada en un estratégico nudo de comunicaciones, la ciudad nadaba en la abundancia debido a los altos impuestos, hasta la mitad del valor de las mercancías, que cobraba a los comerciantes. Esto la convirtió en un apetitoso bocado para las intrigas de los nobles, y el Catarismo fue la excusa ideal para conquistar la ciudad.
http://www.lector.net/phyfeb99/carcaso.htm

LOS CATAROS-LOS CRISTIANOS INCOMPRENDIDOS

Los Cataros
Los Cristianos Incomprendidos


Escrito Por: P.Argenter. Leído 42012 veces.


La historia del pueblo cátaro entra dentro de las raíces medievales del cambio ideológico de cristianismo más puro. Recojo la noticia de que el 16 de marzo de 1244, doscientos cátaros fueron enviados a las hogueras de Montségur por blasfemos, aunque éstos cantaran durante el camino a su muerte, cantos alzados a la gloria de Dios. Profundizo un poco en el tema de los Cátaros, un pueblo pacífico y sencillo, que veía la fe cristiana desde otra perspectiva. “Ecce qua” un poco de su historia.

Se cuenta que el catarismo vino del Mediterráneo, como todas influencias de la época que venia de Bizancia y Tierra Santa. En las tierras del Languedoc (Occitania) la llegada de unos monjes de la mediterránea oriental, en el siglo XII cambiaría el transcurso tranquilo del pueblo albigense, (naturales del pueblo de Albi) tierra de trobadores.

El día 10 de marzo de 1204 el Papa Inocencio III escribió una carta al rey de Francia:
“(...) Te corresponde a ti expulsar al Conde de Toulouse de la tierra que ocupa y quitársela de las manos....para dársela a unos buenos católicos que puedan, bajo tu feliz dominación, servir fielmente al Señor” (...).
En el Sur de Francia, un hombre de mucho poder luchó contra los cátaros, Pèire o Pierre de Castelnau y acompañado por su fiel compañero Arnau Almaric, que fue abad de Cîteaux. Lucharon para acabar con la herejía de aquellos lugares y principalmente se enfrentaron ante los prelados de Languedoc que favorecían a los mismos, como el Obispo de Besièrs, el Obispo de Vivièrs o el Arzobispo Berenguer II de Narbonne y que pugnaron duramente en contra los embajadores del Papa.
A finales de 1207, Castelnau consiguió reunir una liga de barones del Sur de Francia para unirse a esa cruzada en contra de los cátaros. El Conde de Toulouse al enterarse puso remedio y un contra ataque en la que se valió de miles de cátaros meridionales y de la ayuda de sus vasallos, como el rey Pedro II de Aragón. Castelnau moriría asesinado en mano de los herejes, después de un fuerte enfrentamiento con el Conde de Tolosa (Toulouse) Raimond VI, el día 14 de enero de 1208 en Beaucaire.

El día 10 de marzo de 1208, el Papa Inocencio III convoca con un gran llamamiento que todos los príncipes, nobles y gentiles hombres se unan en armas ante una nueva y sangrienta cruzada programada para defender unos pueblos cristianos sublevados en el sur de Francia y ser dirigidos por el Conde Simón de Montfort. Mientras en el otro bando, el Conde Raimond VI de Toulouse, familiar de los reyes de Francia, Inglaterra y Aragón; nuevo enemigo de la cristiandad por defender y gobernar los destinos de los cátaros manda llamar a todos sus aliados para defender con justicia sus territorios ante el papado. El conde toloso gobernaba unas tierras en la que la herejía se había instalado y en la que se sentía libre ya que la Iglesia actuaba cada vez con menor fuerza.

En julio de 1209, en Béziers murieron cerca de 30.000 personas, fue toda una matanza en la que ni los mayores, niños ni mujeres se salvaron. Raimond Roger Trencavel, mandó reorganizar nuevamente a sus vasallos dentro de la fortaleza. En agosto de 1209, la ciudad cayó en manos de Montfort.

LAS CREENCIAS & FILOSOFIA CATARA:
La llegada de la herejía era muy común durante aquella época. En el mediterráneo era muy usual las guerras entre herejes y la Iglesia católica. También era época de las cruzadas, aunque ya iban en declive, el fervor por servir a la Iglesia y luchar en contra el mal y ser perdonados por la eternidad a aquellos que acabaran con los sublevados, mantenían la fe, tal vez equivocadamente, a unos hombres cristianos con afán de seguir los pasos de Cristo. Los puntos de vista de los cátaros sobre los sacramentos, cuestionados y reinterpretados; su oposición a la jerarquía de la Iglesia y pensamiento de que Cristo dió por igual a todos sus apóstoles, sin afán de poder ni de economía; también cuestionaron los temas del bautismo, la eucaristía, la virginidad de María, la conversión del pan y del vino, en cuerpo y sangre de Cristo; aceptaron la idea de la reencarnación por lo que muchos adoptaron también una dieta baja en carnes llegando a rozar el vegetarismo. Esta nueva filosofía socio-religiosa no agradó a la Iglesia Católica, remarcándoles nuevamente de herejes.
El pensamiento o filosofía cátara, divergente y chocante con el mundo cristiano de la época, plantearon una nueva forma de fe cristiana. “Katharos”, esta palabra de origen griego que significa “puros” o “bons homs” en lengua del Languedoc, madre del catalán actual y de las diferentes variantes lingüísticas de la misma lengua.
Hacia 1250 se escribió un documento- uno de los pocos habidos- que fue cuestionado ante el papado, “El Libre des dos principis” (El libro de los dos principios)

CARCASONA: EL HOGAR DE LOS CATAROS
Carcasona, tierra de los Trencavel -señores feudales- tomó un papel muy relevante durante la historia de los cátaros del Languedoc. A casi dos horas de Cataluña por carretera, hallamos la ciudad medieval mejor conservada de las habidas en nuestro continente. El pueblo albigense se resistió a la cruzada organizada por el Papa Inocencio III en el año 1208. Miles de hogueras invadieron la ciudad, cada día había sentencias de brujería y quema de infieles. La Iglesia montó en ella uno de los mejores y mayores tribunales de la Inquisición. Raymond Rouger Trencavel puso fuerte resistencia ante el Conde de Montfort, que luchaba en la banda papal y acompañado de miles de cruzados. La ciudad cayó en manos de Montfort, rindiéndose a éste después de quince dias de asedio, justamente el día 15 de agosto de 1209 en el que se cuenta que hacia un calor terrible. Pedro II de Aragón que operaba a favor de los cátaros, intentó negociar con Montfort pero la tentativa no dió muchos frutos y aún siguiendo con la oposición de Trencavel, éste fallece el dia 10 de noviembre de 1209. Su hijo Raymond volvería años más tarde para poder rescatar Carcassona de los Capetos y devolverla su fé en el caterismo y en el esplendor que vivió la ciudad antes de 1208. Una vez derrotado el hijo de Trencavel, en 1224, se retiró y se tomó muchos años antes de regresar en 1240 a volver a reconquistar los terrenos que anteriormente fueron cátaras como Montolieu. Los reyes capetos (franceses) no les permitió mucho espacio de movilidad, mandando fortificar y reforzar las defensas de las ciudades y villas importantes del Languedoc. Por matrimonio y por herencia, los Condes del Rossellón, de Carcasonne y señoríos de Languedoc y fronterizos con Cataluña, pasaron a ser parte de la Dinastía real de los Condes-Reyes de Aragón y Barcelona, también antiguos aliados de los Cátaros. A Carlomagno y a sus descendientes la unificación de estos territorios a Aragón no agradaron nada. Se intentó casar a las hijas de los reyes de Aragón y Francia, para poder recuperar los derechos dinásticos sobre el sur de Francia. Siempre y durante la historia y a raíz de su unión con el pueblo catalán- principalmente- y con el aragonés, el pueblo de los antiguos cátaros han seguido manteniendo mucha simpatía por aquellos aliados que ayudaron – no si poder resolver- la tentativa de ser cátaros en un mundo en que solo había una ideología religiosa y en el que mandaba el Papa. Eran otros tiempos para el cristianismo.

Inscripción real en una losa: “Als catars, als martirs del pur amor crestian” 16/3/1244

LA CRUZ OCCITANA:
Este símbolo cristiano fue adoptado por las tierras occitanas de Languedoc y Provença, donde ya en muchas sepulturas precristianas aparecía. La región de los cátaros, el Languedoc-Roussillon, adoptó para su bandera las cuatro barras catalanas y la Cruz d’Oc o Cruz Occitana.
Los cátaros renunciaron a símbolos de idolatría pero esta cruz tiene una asociación con el mundo solar y con los doce símbolos del horóscopo occidental. Los Condes de Tolosa o Toulouse adoptaron este símbolo como parte de su escudo heráldico en el siglo XIII. Con el paso de los tiempos fue aceptado como símbolo heráldico-nobiliario. En 1211 los condes ya la llevaron durante la invasión francesa en sus territorios para acabar con el catarismo. Curiosamente se la puede ver en color rojo o blanco. En
la bandera con fondo rojo, la cruz es amarilla o blanca.


LUGARES CÁTAROS QUE HOY EN DIA SE PUEDEN VISITAR:
Basilica de St. Nazaire (Románica)- Carcassone.
El Castillo y murallas de la ciudad de Carcassone, el Castillo de Puivert.
Las ciudades de Toulouse, Bèsiers, Narbonne
Pueblos de Montolieu, Bearn, Montsegur, Foix y Saissac

(una época muy buena para conocer el mundo cátaro el otoño o la primavera)

Para saber más en la red:

www.cathares.org
www.dobl-oc.com
www.montsegur.org
www.terres-cathares.com



Escrito Por: P.Argenter. Leído 42012 veces.




http://www.phistoria.net/reportajes-de-historia/Los-Cataros_57.html

UNA FANTASIA BLASFEMA-LA DHAMA MARIA MAGDALENA Y LOS CATAROS

La Dhama María Magdalena y los Cataros
Todo comenzó en Jerusalem, cuando Lazaro estaba por morir, allí fue Jesús y María Magdalena a verlo, en casa de Marta; entonces ingresaron a la habitación Jesús y María Magdalena; entonces Jesús le dijo a María Magdalena, toma la mano de Lazaro, porque el estará contigo por siempre; y Lazaro sufría dolores, entonces Jesús le dijo a Lazaro: Tu hermano mio, pasarás un momento de prueba muy fuerte, pero es necesario que esto suceda, y tu serás como señal, de la resurrección; al final de los tiempos; formaran ustedes dos los cimientos de la doctrina; será en tierras lejanas al poniente en tierras de occidente; también cuando se encuentren de nuevo, tú Lazaro hermano mio, protege y cuida siempre a tu futura esposa María Magdalena; ella te dará un hijo, que será vuestra dinastía, y a través de ustedes se edificará el templo; para poder Reinar Yo como Rey de Reyes; entonces Lazaro escuchaba agónico en su lecho de muerte, y prometió cuidar de María Magdalena; entonces comenzaron a venirle los espasmos de muerte, y expiró Lazaro, entonces Jesús le pidió a María Magdalena que le diera el manto y le dijo que saliera de la habitación, porque ella no podía ver lo que iba a hacer; entonces con lágrimas en los ojos salió, pero ella quería saber lo que iba a suceder, entonces pego su oído a la puerta;.... entonces María Magdalena sintió un resplandor en la habitación;... después pasaron los días y de nuevo se encontraron Jesús y María Magdalena, y fueron a casa de Marta, y ella le recrimino por la muerte de su hermano Lazaro, entonces Jesús llamó a los que estaban en la casa, y les dijo que les acompañarán: entonces fueron al sepulcro: Y Jesús meditó un momento, en silencio y habló con una voz muy firme y dijo: Lazaro, levantate; entonces Lazaro comenzo a gritar dentro de la tumba, y todos fueron presurosos a mover la piedra de la entrada y sacaron a Lazaro; entonces todos regresaron a casa de Marta, entonces de nuevo Jesús, Lazaro y María Magdalena se reunieron y Jesús le dijo a María Magdalena que protegiera el manto, ya que en el se encontraba el poder de la resurección, y allí se dió el inicio de la unión de Lazaro y María Magdalena;... entonces Jesús fue apresado y muerto; y ese mismo manto sirvió para cubrir el cuerpo de Jesús, y así el logró la resurrección....entonces después de muchos años María tuvo una hija de Jesús, llamada Sara, la princesa; entonces María Magdalena se reunió con Lazaro que la protegía; y Jose de Arimatea y otros más y fueron a Egipto, y de allí cuando la niña estaba ya grande de 12 años, conoció una chica egipcia también llamada Sara; y todos partieron al poniente; y llegaron a la tierra de la Galia, porque el apóstol Santiago tenía amistades en dichas tierras, y formaron la dinastía de los reyes, después de muchos años ya cuando María Magdalena estaba por morir, Lazaro y María prometieron encontrarse nuevamente, y así sucedió en la tierra de Albi, donde en 1242, entonces Hugo de Arcis, ataco Carcassone, donde estaba la Dhama (María Magdalena) ella formó un ejercito de cataros para la resistencia; pero Phares (Lazaro) no estaba, porque había sido llevado lejos por una mujer joven, que lo engaño, y asi llego el ejército de Hugo de Arcis, y hubo una lucha sangrienta, donde al final todos casi quedaron exterminados, y la Dhama (María Magdalena) yacía herida de muerte, entonces Phares (Lazaro) llegó y encontró a Dhama mal herida, y sus 7 hijos; entonces la Dhama se levantó y recriminó a Phares por no haber estado en la resistencia; y Phares tomó su espada y mató a la mujer que la engañó, y la Dhama (María Magdalena) tomó su espada y decapitó a Phares (Lazaro); y 4 fieles servidores de Dhama y Phares, tomaron al menor de los hijos, con varios documentos sagrados, y lo sacaron por la pendiente de la montaña, para que siga la dinastía; porque ellos sabían que María Magdalena y Lazaro se volverían a encontrar al Final de los Tiempos, al tercer día de la resurrección.
phares | 2006-10-20 22:01:26

CATAROS

Cátaros


Introducción
Inicios del catarismo
La creación de la Iglesia Cátara
¿Por qué surge el catarismo?
La práctica religiosa de los cátaros
La actitud de la Iglesia
La Cruzada
La inquisición
El fin del catarismo
Bibliografía

Introducción

La cuestión de los cátaros es uno de los temas medievales que más siguen fascinando hoy en día, suscitando interés por el modo de vida, preceptos e historia de los miembros que conformaron esta doctrina herética. Además está envuelto en el halo de misterio que provoca en el hombre actual todo lo referente a la Edad Media (aún sin ser una época tan oscura), pero más aún si tenemos en cuenta la represión que sufrió este colectivo y que provoca el morbo de la gente.

A pesar de que parece que el tema despierta interés, en España existen pocas publicaciones serias. No se han traducido las obras de Thouzellier, Griffe, Duvernoy... y solo se editan libros que se refieren al tema por la vertiente esotérica.

El catarismo, la religión de los bons homes, tuvo su lugar de práctica en la Lombardía, algunos lugares de los Pirineos y, sobre todo, en el Languedoc. Pero, como veremos, las creencias que lo conformaban no eran originarias de estos sitios, sino que se van forjando desde tiempos pasados y desde zonas orientales.

Las cuestiones que plantean los cátaros son: ¿porqué y cómo surgen?, ¿en que puntos se distanciaban de la ortodoxia?, ¿porqué eran tan peligrosos para esta? ... Pero antes de abordarlas habría que intentar definir los conceptos de herejía y de ortodoxia. Ortodoxia sería "lo correcto", la fe que profesan los seguidores de la doctrina de la Iglesia; mientras que la herejía sería la separación del tronco recto de la Iglesia por un error doctrinal. Pero: ¿estaba la doctrina "ortodoxa" de la Iglesia totalmente definida desde un principio o se conforma a raíz de la eliminación de las "herejías" precedentes? Según Emilio Mitre Fernández hay tres opiniones al respecto:

1.-La ortodoxia precede a la herejía, que tergiversa el mensaje de Cristo.

2.-Existiría una gran variedad de corrientes, una crítica libre sobre la que se impondrá Roma (Bauer).

3.-Turner aboga por una Iglesia en la que existe la variedad y en la que aparece la herejía cuando alguna variable interna contradice en extremo la fe tradicional.

Es lógico pensar que la "ortodoxia" como dogma cristiano no queda establecida en el momento que aparece el cristianismo, sino que se ir configurando, y cuando la Iglesia se va institucionalizando ser la cabeza dirigente la que marcar la doctrina, precisamente a cargo de eliminar las interpretaciones que van directamente contra ella, su organización y el orden social establecido. Esto se hará mediante los concilios.

La actividad de estos grupos que cuestionan los planteamientos que llegan desde Roma se hace alarmante en Occidente en el XI, en el que se dar n como consecuencia varios concilios: uno en Reims en 1049, y otro en Tolosa en 1095. Pero no se llegar a presentar una oposición fuerte a la Iglesia y pronto estos movimientos ser n vencidos, hasta ser reactivados a mediados del XII por los cátaros.

Inicios del catarismo

A partir del XII comienzan a aparecer de nuevo herejes en las zonas donde antes habían surgido y habían sido eliminados. En 1144, en Colonia, es detenida una secta que se presentaba a modo de Iglesia jerarquizada, el mismo año en Lieja aparece otro grupo de características similares. Estas apariciones ir n acompañadas de ejecuciones en la hoguera. En 1145 San Bernardo habla de los "tejedores arios" en la zona de Tolosa y Albi, a la que viaja para combatir las predicaciones heréticas por orden del Papa Eugenio III. Los de Colonia afirmaron que su Iglesia había estado oculta en países orientales, y un texto del Inquisidor Anselmo de Alejandría explica que su origen es Bulgaria, donde la religión extendida es el bogomilismo, herejía dualista, según la doctrina maniquea de los dos principios supremos enfrentados: el bien y el mal. La osmosis que se produce entre Oriente y Occidente con las cruzadas, y el tráfico fluvial de las aguas del Danubio y Rhin hacen que aparezcan los grupos heréticos en lugares de los actuales países Bajos y el norte de Francia. Pero no ser en estos lugares donde cuaje, sino que desde que aparece, hasta 1165, el movimiento ira a confluir a la zona que se le presentó más permisiva, que fue la de Occitania.

Durante estos años la iglesia estudiar estos movimientos, y se los definir con términos como "arios", "maniqueos" y el término griego "cátaro" (puro), que según Eckbert de Schnau, fue el que se aplicaron los primeros maestros de la zona renana. Se comienzan a realizar concilios que discuten el tema: el primero ser en Reims en 1148, el segundo en 1157; luego otro en Tours en 1163, en el que se describen los síntomas de esta nueva herejía. Pero ser en 1167 cuando el catarismo se constituir en un verdadero peligro para la Iglesia Romana, y el lugar será Saint-Felix de Caramon, donde se constituir la Iglesia Cátara.

La creación de la Iglesia Cátara

Este acontecimiento es conocido por un documento encontrado en el siglo XVII por Guillaume Besse, de cuya autenticidad se ha dudado. Los hechos son que en el mes de Mayo de 1167, en el castillo de Saint-Felix de Caramon, el pope oriental Nicetas dar el consolament, es decir, el bautismo de los cátaros, a una "gran multitud" de gentes de la zona occitana. Se ordenaron seis obispos y se constituyen comisiones para delimitar los territorios de las diócesis de Albi, Tolosa, Carcasona y Agen. El catarismo se organiza ahora como Iglesia, dejando claramente fijado su dogma, en el cual se da la oposición entre dos principios en igualdad de fuerzas: Dios, que creó el universo, y Satanás, que creó la tierra.

Así es como la Iglesia cátara tomará fuerza en el Mediodía francés, ya que los obispos de Tolosa, Albi y Carcasona no se ven obligados a intervenir. Por tanto en este ambiente permisivo se concentran los seguidores cátaros que en el norte de Francia se estaban viendo perseguidos. El clero meridional no era tan activo como el del norte, y hasta el Papa Inocencio III los acusa de pasividad y de solo buscar beneficios. La razón no es que los prelados fuesen m s inactivos que en otras zonas, pero quizá si insuficientes para la amplitud de las diócesis, donde quedaban lugares del ámbito rural de los que se encargaban curas mediocres que no podían luchar contra las predicaciones cátaras, las cuales encontraron acogida entre la gente. En el norte la interacción entre los eclesiásticos, el poder secular y el propio pueblo no les permitió proliferar.

¿Porqué surge el catarismo?

¿A que razón puede atenerse el surgimiento de esta corriente disidente con respecto a la institución eclesiástica ya existente? Las razones son mayoritariamente de tipo social. El clero del siglo XII no era muy eficaz cuando dirigía sus predicaciones al pueblo, que parece que entendía mucho mejor a los predicadores ermitaños. Según Labal, el clero veía en la vida laica la perdición, y solo la vida religiosa era digna de salvación. El clero veía además en la mujer la fuente de todo pecado y perdición. También se mostraba disconforme con la vida urbana que comenzaba a renacer: el auge del comercio podía ser un peligro para la explotación de los excedentes mediante el sistema económico feudal. Era por lo tanto difícil alcanzar la salvación para los laicos. Algunos medios eran las cruzadas, o la buena muerte, pero esto no estaba al alcance de todos, por lo que hay inquietud al respecto.

Los cátaros llevan una vida austera y predican en la lengua del pueblo. También desdeñan al mundo, como los clérigos, pero proponen explicaciones satisfactorias para la gente. La administración del consolament a la hora de la muerte limpiaba de toda impureza. La mujer consolada era igual de pura que el hombre. Sus predicaciones no tenían nada de escandaloso, por lo que podían calar en cualquier cristiano. Todo esto los convertía en un oponente de la Iglesia, ya que venían a llenar algunos "huecos" dejados por esta. La Iglesia exigía diezmos, en competencia con las exacciones de los señores, los cuales, en el medio día poseían señoríos colectivos de los que se repartían los beneficios. Estos señores vivían en los castrum, en contacto con el pueblo, y pasan a ver con mejores ojos a esta nueva iglesia que no cobra diezmos y que predica en la ciudad y trabaja para subsistir. Incluso las damas de la aristocracia encontraban su lugar entre estos herejes. Los herejes se ganan por tanto a las casas aristocráticas del Mediodía: los Trencavel, del vizcondado de Carcasona, Albi y Beziers, las damas del condado de Foix, e incluso Raimundo VI, conde de Tolosa, se muestra tolerante con ellos.

La práctica religiosa de los cátaros

Los cátaros, que se denominaban a s¡ mismos Buenos Hombres o Buenos/as Cristianos/as, tenían casas de predicación en las calles de los burgos, donde la gente podía ver y escuchar a los perfectos, que eran los predicadores cátaros. Allí vivían, vestidos de negro, sin comer carne y practicando la castidad, y además esas casas eran sus talleres de trabajo, escuelas, hospicios... Estaban organizados en obispados, como ya hemos explicado, presididos por el obispo y sus ayudantes: un Hijo Mayor y un Hijo Menor. Cuando moría el obispo le sucedía el Hijo Mayor, cuya posición era ahora ocupada por el Hijo Menor, y al puesto de este accedería un nuevo personaje. Los obispados eran independientes, y se encargaban de nombrar diáconos que administraban en las casas religiosas una penitencia colectiva. Leían sobre todo el Nuevo Testamento, en lengua occitana, y lo contraponían al Antiguo: el Dios Bueno no pudo crear este mundo, sino Lucifer. Los hombres eran ángeles caídos que tenían que liberarse de este mundo. Cristo sería el enviado de Dios para indicar el camino de salvación. No reconocían la naturaleza física de este, ni veneraban la cruz, que para ellos era un instrumento de suplicio. La vía de salvación era el rechazo a la violencia, la mentira... el único sacramento que consideraban fundado en el antiguo testamento era el de la imposición de manos, y rezaban el Padrenuestro y compartían el pan en memoria de Cristo, pero no consideraban que allí se encarnara.

La imposición de manos (consolament) era a su vez bautismo, penitencia, ordenación y extremaunción. Para la ordenación tenía que ser en principio administrado por un obispo, pero para los enfermo y para el perdón de los pecados lo podían ejercer incluso las Buenas Mujeres. No aceptaban que Dios fuera el creador de nada de este mundo, que consideraban que era un infierno transitorio, del que todos saldrían para ir al verdadero Reino de Dios. Por tanto no aceptaban los cultos de la Iglesia. Todas las almas se salvarían, y la que no, volvería a encarnarse. Tener hijos era alargar la vida de este lugar y traer más almas a este mundo de Lucifer. Practicaban ayuno los lunes, jueves y viernes. Otras practicas eran: el melhorament, tres reverencias al paso de un perfecto; el aparelhament, una especie de confesión penitencial; la convenenza, que era un convenio por el que el creyente recibiría el consolament a la hora de su muerte, y parece que cuando la cosa se les llegó a poner muy adversa practicaron la endura, que era una especie de suicidio místico a causa de un ayuno total.

La actitud de la Iglesia

San Bernardo ya fijó la atención sobre los herejes del Lenguadoc cuando se dirigió a allí para luchar contra las predicaciones de Enrique de Lausana. Descubre en Tolosa a los "arios". A San Bernardo de Claravall le acompaña un legado pontificio que sufre el rechazo de la población: la gente no se identifica con Roma. San Bernardo también ser rechazado en el castro de Verfeil. Aún no se ha hablado de métodos violentos para combatir a los herejes, solo del diálogo.

En el Concilio de Tours de 1163 se amenaza a los castellanos que apoyan a los herejes. Raimundo V, conde de Tolosa, envía una carta expresando su impotencia ante los herejes que se implantan en el pueblo, ante la que los reyes de Inglaterra y Francia envían dos misiones: la primera en 1178, con el legado papal Pierre de Paire, con resultados escasos. Se excomulga al vizconde Roger de Trencavel y se condena al obispo c taro de Tolosa Bernard Raymon, pero no se les hace nada.

Tras el concilio de Letrán de 1179 se va formando la idea de la intervención armada. En 1181 Henry de Marcy cerca el castillo de Lavaur y consigue el arrepentimiento del vizconde Roger y la conversión de dos perfectos apresados.

De todas formas nadie tiene interés en ocupar las difíciles sedes episcopales occitanas y se va incubando la idea de una entrada armada que acabe con el problema de manera tajante. En el norte la actuación violenta del poder civil y del pueblo impidió a la herejía prosperar, pero en el sur la población c tara era entre el 5 y el 10% o más en las ciudades más contaminadas, y era tolerada por muchos más. En 1184 se impone la pena de fuego para los herejes impenitentes y reincidentes.

Inocencio III, desde 1198, vendrá a imprimir más dinamismo en la lucha de la iglesia contra el hereje. Tiene formación jurídica y pone en práctica la ideología de la teocracia. En 1199, por una decretal, pondrá en práctica en Italia que a todo aquel que no acate la doctrina pontificia se le confiscaran las tierras y ser proscrito, lo que en 1200 se extiende a Occitania. Es el inicio de una serie de disposiciones que conducen a la formación de la Inquisición. La aplicación de las disposiciones requiere de la colaboración de los poderes civiles. La actuación papal se hará por medio de legados, de los cuales el primero será Rainiero Ponza. Algunos príncipes occitanos si aceptan las decretales, caso del rey de Aragón Pedro II y del vizconde de Montpellier Guillermo VIII.

Se recurre a los cistercienses para combatir la herejía en 1203. Los legados son ahora dos monjes de la abadía narbonense de Fontfroide: Raoul de Fontfroide y Pierre de Castelnau, a los que se une el abad de Citeaux Arnaud Amaury, personajes que no parecen ser elegidos por su oratoria, sino m s bien por su rigidez y severidad. Estos realizan una labor de depuración del clero occitano, y hacen que la nobleza se comprometa a extirpar la herejía. Pedro II de Aragón era vasallo del Papa, pero el Mediodía francés se encomendar a su protección, por lo que no utilizar las armas contra ellos. Los cistercienses no tienen apenas ‚éxito. Cambian su m‚todo por la predicación a la manera c tara, en coloquios con los herejes. Esto se debe a la actuación de dos clérigos españoles: Diego de Osma y Domingo de Guzmán, que consiguen muchas conversiones. Pero los cistercienses no contaban con mucha popularidad. Se intenta llegar a acuerdos de paz con los príncipes. Raimundo VI de Tolosa no acepta actuar en contra de los herejes y es excomulgado por Pierre de Castelnau, el cual ser asesinado en Enero de 1208 por alguien que creía hacer un favor al conde, pero este asesinato tendrá consecuencias nefastas. Se ha especulado incluso que lo pudo realizar alguien que tuviera interés en que se desatara la guerra.

La Cruzada

Inocencio III llama a actuar a los guerreros cristianos en una cruzada contra los herejes, a los que podrán exterminar y tomar posesión de sus tierras, prometiéndoles indulgencias y bienes materiales. La zona era rica agrícolamente y muchos serán los interesados. El Languedoc se verá sumido en una guerra desde el 1209 al 1229, jalonada de grandes hogueras, como los 140 quemados de Minerve en 1210, los 200 de Cassis, o los 400 de Lavaur en 1211. La población se divide (caso de Tolosa y la "compañía blanca" enfrentada a los defensores de los herejes), dando lugar a una especie de guerra civil entre defensores de los herejes y los que se ponen en favor de la cruzada Las ciudades, como por ejemplo Beziers, defienden a sus herejes y son arrasadas por los cruzados, por lo que la guerra va también contra la vida de los burgos. También tendrá importantes implicaciones políticas: Pedro II morirá a manos de los cruzados de Simón de Montfort en el asalto a Muret (1213), cuando acudió a intentar defender a sus vasallos tolosanos, a pesar de que había sido ungido por el Papa. Aragón perder sus lazos con la Provenza y tendrá un periodo de crisis, ya que el heredero de la corona queda en manos de Monfort, que funda una nueva dinastía condal en Tolosa y Carcasona, ratificada por el Papa en el Concilio de Letrán de 1215. Esta no durar mucho, ya que los tolosanos inician la reconquista apoyados por un verdadero movimiento popular. Simón de Monfort morirá en 1218 asediando Tolosa. El sucesor de Simón, Amaury de Monfort, cede sus derechos condales en 1224 al rey de Francia, que ahora s¡ acudía al llamamiento del Papa Honorio III.

En el Languedoc empezaba a resurgir otra vez el catarismo, pero ahora el Papa tenía un importante aliado que era la monarquía de los Capetos, que reemprende la segunda fase de la cruzada en 1226 con el Rey Luis VIII. El ahora conde de Tolosa Raimundo VII, que había intentado que se le reconociera su condado, lo que el concilio de Bourges consideró como un peligro por el renacimiento de la iglesia cátara y los faidits, por lo que se ratifica su excomunión en París, el 12 de Enero de 1226. La guerra se prolongar tres años, en los que la devastación de las tierras por los cruzados hace finalmente someterse a Raimundo VII al rey Luis IX, y en el tratado de Meaux se compromete a perseguir la herejía y desmantelar las plazas fuertes. Carcasona estaba también en manos de un senescal del rey, y los Trencavel estaban exiliados en Aragón.

La inquisición

El catarismo no había sido erradicado con la cruzada y las hogueras, sino que se había revestido de un aura de martirio. Ya no contaba con el apoyo de la casta aristocrática, por lo que llevaban a cabo una predicación clandestina, apoyados por proscritos armados. había que romper los lazos de solidaridad que profesaba la gente con los herejes, y de esto se encargará la Inquisición.

Ya se habían dado disposiciones que marcaban el procedimiento inquisitorial: en 1184 la pena de fuego; 1199 la confiscación de bienes; autorización del empleo de la tortura; mantenimiento del secreto sobre los testigos o acusadores, de todo lo cual se encargaba el brazo secular. Faltaba la creación de un tribunal especializado y que tuviera una amplia jurisdicción, por encima de fronteras políticas y obispados. En 1231 aparece un delegado en Alemania, y de ah¡ el sistema se establece en Francia. El tribunal se confió a las jóvenes ordenes mendicantes, dominicos y franciscanos. Solo dependía del Papa, y realizó una labor de "encuesta itinerante". As¡ fueron capturando a los herejes clandestinos y sus protectores, y entregados al poder secular, que era el encargado de la ejecución. Las hogueras colectivas desaparecieron para dar lugar a ejecuciones individuales. Los acusados podían defenderse. Los registros de las declaraciones son hoy día una gran fuente de estudio.

La resistencia de Monsegur

Raimundo VII trataba por todos los medios de mantener su condado, pero no tenía heredero barón, y su hija se casaría a causa del tratado con el hermano del rey francés. La población mientras tanto se mostraba inconforme con la actuación inquisitorial, protagonizando motines como el de Tolosa en 1235. El conde buscó apoyos contra el rey (Inglaterra y el conde de la Marche), y se decidió a actuar cuando los proscritos que luchaban por la libertad de los condados (faydits), que se mantenían en el castro de Montsegur, acaban con los inquisidores de Avignonet en Mayo de 1242. Los tolosanos son vencidos por el ejercito francés en Saintes y Taillebourg. En 1243 Raimundo VII pacta en Lorris la paz y se compromete a luchar con la herejía que renacía y que tenía refugio en Montsegur, con el señor Raimond Pereille. El senescal real de Carcasona asediar la plaza desde el ver n de 1243 hasta Marzo de 1244. Los herejes que allí había fueron quemados en la hoguera (unos 200), incluidos los últimos obispos e Hijos y diáconos, y los supervivientes interrogados por la inquisición.

El fin del catarismo

Muchos creyentes huyeron a Italia, donde los conflictos entre güelfos y gibelinos permitía un margen de actuación a los cátaros. Allí se ordenaron y pretendían volver a sus tierras a predicar, pero la vigilancia de la Inquisición se lo impedía. La ortodoxia triunfaba en el occidente europeo y también un férreo orden feudal cuya cúspide era el rey.

Entre 1300 y 1310 se formó una pequeña iglesia entre la Gascuña y el Lauragais bajo la iniciativa de los hermanos Authié, ordenados en Italia. Contaron con el apoyo de sus familias y las redes clientelares, lo que propagó de nuevo la fe en los Buenos Hombres, pero la pretensión de continuar como iglesia hizo que los inquisidores pusieran todo su empeño en capturar a los herejes y quemarlos. En el primer tercio del XIV ya nadie podía declararse cátaro ni ser ordenado, ya que no había nadie que lo hiciera.

En otros lugares, aún sin ser perseguido, también acabó por desaparecer el movimiento. En Italia lo hizo en el XV, y en la zona de los Balcanes se acabó con la conquista turca.

Hoy día ya no nos corresponde juzgar ni a unos ni a otros, pero si podemos desenmascarar los mitos que envuelven a los cátaros, y nos queda un colectivo muy semejante al cualquier cristiano de la ‚poca, lleno de inquietudes, pero que se las vio con una Iglesia que luchaba por forjarse homogénea. Los cátaros no luchaban por su independencia ni libertad, pero se encontraron con un muro de intolerancia que les inmiscuyó en una lucha que tenía mucho de política.

BIBLIOGRAFIA

-LABAL, P. Los cátaros: herejía y crisis social

-BRENNON, A. Los cátaros. Hacia una pureza absoluta

-MESTRE, J. Los cátaros

-MITRE, E. La herejía medieval

-LAMBERT, P. La herejía en la Edad Media -DEDIEU, J.P. La Inquisición


Realizado por:

José Julio Martínez Valero

Licenciado en Historia.2000

jojumarva[arroba]hotmail.com
http://www.monografias.com/trabajos15/cataros/cataros.shtml

LOS CATAROS "HOMBRES BUENOS"

Los Cataros “Hombres Buenos”


Los Cataros, también llamados "Los Hombres Buenos" (se incluye también a las mujeres con el termino de “hombres”)
El Catarismo arraigó en Occidente, y de modo particular en las tierra de Occitania, al sur de Francia.


La amenaza que representaban los Cataros contra la Iglesia Católica de aquellas fechas, fue una excusa para tratarlos como herejes y rebeldes sociales, y a caballo de los poderes de la Iglesia y del Estado, exterminarlos.

Cuando los enigmas son quemados en las hogueras de la Inquisición, siempre quedan "cenizas" que pueden prender y dar forma a una apasionada historia de unos hombres, justos, buenos, piadosos, trabajadores y honestos, que en un momento dado de la historia, dieron muestras de ser heroicos valientes.

El catarismo fue una filosofía que recogió los conceptos mas humanos del cristianismo, Los Perfectos y las Perfectas (que así eran denominados) y que enseñaban esta nueva doctrina, se consideraban herederos de los apóstoles de un Jesús espiritual, nunca material, tenían como libro máximo al "Evangelio de San Juan"

La doctrina enseñaba la visión dualista del universo. Con sus dos principios antagónicos: el bien y el mal, la luz y la tiniebla. Pero ellos no se consideraban asimismo profetas como el persa Mani, el cual había acuñado el maniqueísmo compilando las doctrinas de Zoroastro, Buda y Jesús. Para ellos el mal poseía la misma fuerza real que el bien. Por lo que jamás debía ser ignorado y menospreciado. La creación del mundo la atribuían a un ángel malvado o Satán.

Y esto suponía que todo lo material simbolizaba lo negativo y pecaminoso. Por lo que la única solución para el ser humano de salvarse, radicaba en seguir las enseñanzas de Jesucristo, quien mostrara al mundo el camino de la redención.

Los Cataros consideraban pecado lo que la Iglesia romana consideraba pecado. Pero había una excepción: El Juramento y el homicidio. Para ellos estaban prohibidas las guerras y la muerte de los animales. Tampoco reconocían la autoridad de los Reyes, los Obispos y el Papa. Con sus actos lograron anular a los curas del Languedoc y por lo tanto se convirtieron en enemigos de la Iglesia Romana. El merito de los cataros se basaba esencialmente en que no mentían.

Todo lo que predicaban en el acto lo llevaban a la practica, no apoyándose nunca en el razonamiento hipócrita de "haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago" tan común en muchos sacerdotes.

Otra de sus virtudes era que a diferencia de los clérigos, trabajaban y no vivían de la caridad. Aceptaban dadivas y donaciones pero enseguida eran utilizadas en servicios a la comunidad, reparando las casas de los pobres, los pajares, construyendo pozos artesianos, etc. todo ello contribuyo mas tarde a la terrible persecución de que fueron objeto y a su aniquilación.

Toda esta confección de ideas era retomada por el sabio Manes y desarrollada bajo su nuevo concepto: el maniqueísmo. Las escrituras nos hablan de libros extraordinarios en el aspecto filosofal: "El libro de los Gigantes, El libro de la Rueda de las Recompensas y el Libro de la Pacificación Universal" También se habla de otro "La Kephalaia".

Esta cultura se extendió primeramente hacia el este de Persia, es decir Asia Central, India, Bizancio, China. Pero también se extendió a trabes de la cuenca mediterránea por Egipto, Cartago, Túnez y la región de Constantinopla, para llegar finalmente a la Europa Meridional por Italia y España. Juzgados como peligrosos por la religión ortodoxa y por Roma, los maniqueos fueron masacrados y perseguidos, yendo de país en país en la búsqueda desesperada de un edén de paz y tolerancia.

Para que el pensamiento maniqueo sea mas inteligible habría que remontarse en el tiempo y situarse en el periodo que va del año 200 a.C. al siglo III d.C. A lo largo de 500 años, el mundo intelectual intentó resolver el pensamiento de los enigmas del universo. A partir de las enseñanzas del sabio Manes se encuentran los elementos de la Gnosis que conciernen al descenso del espíritu a la materia.

Se produce la oposición maniquea Sombra luz, Materia Espíritu, Mal Bien, ambos de origen divino ya que proceden uno y otro de la divinidad creadora, de lo eterno. Se produce una lucha entre el Bien y el Mal. Los Maniqueos atribuían al Mal una existencia real. Concretamente era una sustancia, una fuerza que esta en la base misma de la materia. La sustancia original es decir el fuego se dividió en dos raíces vivas: una la luz que se desprende para brillar, y la otra el fuego oscuro y el humo, que se consumen en si mismos y tienden a materializarse para volverse, en nuestro periodo terrestre, una suerte de escoria tenebrosa.

La doctrina maniquea designa a este doble fenómeno con los términos de "terra lucida" es decir tierra de luz y "terra pestífera" o tierra de las tinieblas. Al demonio se le llamaba Hylé. Sin embargo posteriormente todo dimanó en la progresiva racionalización de conceptos entre el Bien y el Mal y un perfeccionamiento posterior algo confuso para ser explicado en pocas líneas originó el nacimiento de la doctrina catara que iremos poco a poco reseñando en esta sección de la web.

Así de esta manera poco a poco se fue creando esta doctrina que se desarrollo en Alemania y en las regiones francesas de Champagne y claro esta El Languedoc. Y aquí comienza todo lo referente a los Cataros...

Y es que el hombre de la Edad Media occidental, que rezaba, que luchaba, que trabajaba, según el reparto en tres órdenes de la sociedad, sentía el arte, la política, lo social, la vida, la muerte... en una palabra, el mundo que le rodeaba, en unos términos esencialmente religiosos.


La casi totalidad de sus referencias eran cristianas, ya que todo el saber estaba condensado en los monasterios y abadías. Su universo mental no podía salirse de esos conceptos religiosos. Y entendía su propia existencia como resultado de una creación. Toda su vida social y privada se centraba en su salvación y giraba en torno a un tema recurrente: Dios.

El mundo medieval vivía inmerso en la incultura general, y los aires de reforma que envolvían al pueblo cristiano, en busca de un regreso a los ideales evangélicos de pobreza, de pureza en las costumbres y de predicación de la palabra de Dios, estaban bastante cuestionados.

La Reforma Gregoriana, entre los siglos XI y XII, se convertirá en una primera tentativa de respuesta por parte de la Iglesia católica, a los nuevos problemas planteados por un cristianismo instalado en una Europa en paz, lejos de las antiguas luchas y batallas.

Los Clérigos y laicos, poco a poco saldrán con valentía a recorrer aldeas, poblados y ciudades, para predicar el Evangelio, sin preocuparles obtener ni la autorización de Roma, ni el derecho a traducir las Escrituras del latín.

Y en estas tierras, los cataros se hicieron famosos, y poco a poco fueron siendo conocidos también con el nombre de albigenses, nombre que se tomó de la famosa ciudad de Albi. Ello también afectaba a otras ciudades como Tolosa de Languedoc, Narbona, Carcassona, Beziers y Foix, entre otras.


Uno de los puntos centrales del propósito de vida cátara era la observación literal de los preceptos del Cristo y, especialmente de los imanantes del Sermón de la Montaña. Caracterizados por el rechazo total de la violencia, de la mentira, y del juramento, los cataros se mostraron a las poblaciones cristianas como unos predicadores (itinerantes y pobres individualmente) de la Palabra de Dios. Que como ya hemos dicho "Predicaban con el Ejemplo".

El nombre de cataros (del griego "puro") lo recibieron de los católicos. Ellos mismos se llamaban cristianos o "Hombres Buenos".Y su manera de concebir la religión puede ser considerada como un evangelismo de la época.

Esta situación no gustó ya desde el primer momento a la Iglesia Católica de Roma, y aunque se hicieron esfuerzos profundos por parte del Clero para llevar a los cataros a la ortodoxia católica, en ningún momento lo consiguieron sino que lograron que poco a poco crecieran sus adeptos.

La Iglesia intentó recurrir a las ordenes religiosas para que pusieran baza, pero ni cistercienses ni dominicos lo consiguieron. El asesinato en 1208 de Pedro de Castelnou, legado pontificio, en extrañas circunstancias, dio margen al Papa Inocencio III a cambiar de táctica y utilizar la violencia en contra de los Cataros.

Se inició así una verdadera cruzada contra los cataros. Esta cruzada fue una gran ocasión que se le brindó a la monarquía francesa del Norte para ocupar las tierras del Sur, más rico y civilizado. De esta manera la Iglesia consiguió adeptos que le ayudaran en el exterminio.

Esta violencia contra los cataros continuó años más tarde con los procedimientos empleados por la Inquisición y las posteriores hogueras colectivas ordenadas por los distintos brazos temporales de la Iglesia de Roma, para terminar con "gente indeseable y molesta" como para ella fueron en todo momento los Cataros.

Los Cataros renunciaban a los bienes materiales, a la pompa de una vida fastuosa, y practicaban indudablemente una verdadera fraternidad. Así los llamados "Revestidos" no poseían ningún bien terrenal, y al igual que los Esenios, vivían una existencia austera.

Se reunían principalmente en casas simples antes de la famosa persecución y posteriormente durante ella en simples cuevas o grutas, en los bosques. Y es que su concepción de la vida chocaba contra la fastuosa pompa de la Iglesia de aquellos tiempos.

Aunque atacaron el poder temporal de Iglesia, y la venalidad de los prelados y de los clérigos, no formaron nunca lo que hoy en día se podría denominar "Partido Político". Sin embargo posteriormente serian acusados vilmente de "Levantarse contra la Propiedad".

Impregnados de una profunda sabiduría y paz interior, afirmaban que los hombres no tenían derecho a juzgar a otros hombres. Consideraban que los móviles humanos eran demasiado complejos y demasiado secretos, como para que los jueces pudieran conocerlos y apreciarlos de manera ecuánime.

Solo aceptaban para los culpables sanciones educativas y reformadoras, que debían de estar cargadas de amor para con los culpables, nunca de odio. Los castigos, según su consideración no debían hacer que los delincuentes se revelasen, sino despertar en ellos el deseo de la enmienda.

En aquellos siglos de violencia, los cataros rechazaban la Pena de Muerte y extendían el respeto por la vida a los mismísimos animales. Los Revestidos, para evitar la violencia, no debían llevar jamás armas, no debían librarse jamás a un combate sangriento, ni por lo tanto hacer la guerra.

Su Credo consistía en el trabajo y en la mejora de sus conocimientos, diversificando sus oficios, y enseñando a los demás a practicarlos. Cuando eran atendidos en las casas, pagaban su manutención ayudando en las tareas cotidianas de las mismas, reparando cosas rotas, trabajando en el campo, ayudando en las tareas domesticas.

Si eran pagados, utilizaban la mayor parte de las pagas en la reconstrucción de casas de los pobres y necesitados, predicando con hechos y no con palabras vanas y desnudas, el voto de pobreza.

Los Cataros consideraban que la justicia aplicaba en los países cristianos era una Ley demasiado dura. Que era inhumana y maligna, ya que olvidaba el sentido caritativo del perdón, al considerar a todo reo "Culpable mientras no se demostrara lo contrario". Basaban sus argumentos en esta circunstancia: "En una sociedad gobernada por Lucifer, todo lo que se realice ha de ser diabólico. Los Jueces, los Señores y los Sacerdotes no tienen derecho a castigar, por que ven al acusado o al pecador como una victima, y no como un hermano al que se le debe brindar la oportunidad de arrepentirse".

Pocas veces tuvieron la oportunidad y ocasión de poder llevar a la practica su concepto real de "Justicia", aunque se dispone de un ejemplo muy característico.

En 1209, condenaron a un Barón acusado de asesinato a que se "arrepintiera" de su delito y luego ingresara en la Orden de los "Hombres Buenos". Se sabe que este noble renunció a sus Derechos Feudales, entregó sus tierras y vivió como el mas humilde de los Cataros.

Los Cataros basaron su eficacia en la predicación, dando ejemplo de lo que predicaban, por lo que causaron claro esta preocupación e inquietud en la Iglesia de Roma.

Su principal valor estaba en la dignidad personal de sus vidas. Sus actos y sus palabras, concordaban absolutamente. Los que les escuchaban no podían acusarles de hipocresía. Tenían la habilidad de aparecer como auténticos "Hombres Buenos".

Llevaban una vida dura y errante, huían a veces de alguna ciudad para dirigirse a otra, igual que ovejas entre lobos, y durante su represión, sufrieron persecución como los mismísimos apóstoles y los mártires. Sin embargo su vida continuaba siendo santa y austera, transcurriendo de abstinencia en abstinencia, consagrándose a la oración.

Su trabajo era constante. Algunos eran médicos, otros tejedores, otros trabajadores agrícolas. Y así en el ejercicio de sus funciones entraban en contacto con el pueblo creyente, al que consideraban que debían aleccionar y preparar para el "Bautismo Cátaro".

El Catarismo parecía dar respuesta a las cuestiones dejadas por la Iglesia Católica. Insistía en las espantosas denuncias de los monjes e incluso las ampliaba.

En los hechos que nos relata la Historia, se nos ocultan sistemáticamente las verdaderas razones del exterminio de miles de hombres y mujeres que, de puertas afuera, desdeñaban el cristianismo y sus dogmas.

Los historiadores silencian, en efecto, cuál era el ideario de aquellos hombres incomprendidos por el poder y el clero y a los cuales finalmente se les exterminaría a sangre y fuego. La excusa de luchar contra la herejía fue solamente la coartada que debía enmascarar los verdaderos fines que el exterminio encubría.

La tradición ocultista asegura que la noche antes de que cayera Montsegur, se descolgaron cuatro hombres de la fortaleza para poner a salvo El Tesoro Cátaro. ¿Qué era, en realidad este " tesoro “? Nadie, por supuesto, lo sabe, pero la mayoría de los comentaristas imaginó que lo que se puso a salvo era la " Sangre Real " de Jesús. No es coincidencia que el mito del Grial. Del Sangral, se incorporase a la naciente literatura europea a partir del exterminio cátaro.

En Ragusa (Sicilia) existe una misteriosa obra de arte propiedad del Conde de Gozcé, el cual en alguna ocasión declaró a algún visitante que este plato provenía del Sur de Francia. y que había sido cedido a su familia en el Siglo XIII por un cátaro tolosano exilado.

La decoración de ese plato representa la ilustración de la parábola del hombre y el unicornio, utilizada por el anciano Barlaam en sus enseñanzas al Príncipe Josafat. Y ahora empieza el enigma. El simbolismo es claro: el hombre perseguido por la muerte olvida el peligro de la caída en la boca del Dragón, retenido como esta por el hilo de miel, "Símbolo" de las "delicias" del mundo material. Nos aparece una vez mas la concepción catara que expresa el dualismo moral, la lucha del bien contra el mal, ilustrada por los colores blanco y negro de las "dos ratas que roen la raíz del arbusto, que a su vez representa el Árbol de la Vida".

En la concepción que tenemos de nuestro actual Padrenuestro los cristianos, hemos podido encontrar una sencilla oración que según los estudiosos era el Padre Nuestro de los Cataros, este rezaba así:

Padre Nuestro, que estas en los cielos, Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu reino Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo El Pan Nuestro, Supersubstancial, danoslo hoy Y perdona nuestra deudas Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores
Y no nos dejes caer en la tentación Mas líbranos del Mal Ya que a ti pertenecen el Reino, el Poder y la Gloria Por los eones de los eones Amen.

El Cátaro, Bernard Franca, Clérigo de la ciudad de Goulier, dejó escrita esta bella leyenda, que se puede entroncar en lo que después se llamaría "Breviario de las Leyendas Cataras":

Hace mucho tiempo, un pájaro muy especial surcaba el cielo, todo el mundo lo conocía con el nombre de pelicano, y también era sabido que entre sus costumbres estaba la de seguir el curso luminoso del sol. No tenia miedo al calor, ni tomaba un momento de descanso durante las horas diurnas.

Pero llegó la época del apareamiento, lo que le privó de su placer durante unos instantes. Después reemprendió el vuelo en busca de los ardientes rayos solares. Cuando puso los huevos, los cuidó con gran dolor, ya que esta situación le privaba de sus prolongados recorridos, amando sus queridos rayos solares. Por esto, intentó recuperar todo el rato perdido, dejando a sus crías en el nido, bien provistas de alimento suficiente.

No obstante, durante su ausencia, una bestia maligna llegó a su nido, y con saña y maldad desplumó y arrancó el pico a las crías del pelicano. En esta situación este animal encontró a su vuelta el nido. Muy disgustado, curó a sus "Hijos" y al día siguiente, volvió a marchar.

Pero los ataques malvados al nido se volvieron a producir, cada vez con mas saña, por lo que tuvo de olvidarse de su placer, con el fin de poder sorprender a su enemigo, por lo que se escondió allá donde no podía ser descubierto y de esta manera fue como pudo descubrir a la bestia maligna, dándole muerte. Así sus crías quedaron libres de toda amenaza, y al mismo tiempo, pudieron contar con una mayor compañía, ya que el pelicano escarmentado, repartió el tiempo de la vigilancia de su nido con la del gozo de volar detrás de los rayos del sol...

La explicación que los cataros daban a esta leyenda, resulta un tanto complicada, veían en el pelicano a Cristo, el cual perdió su luminosidad al ser engendrado por la Virgen Maria, pero que la recuperó una vez que venció sobre las fuerzas malignas de la tierra...

Lo que si queda muy claro es que, leyendas como esta, unidas a anécdotas como la de los símiles de animales, servían para aproximar la religión al pueblo.

Con estas leyendas conseguían que el Catarismo fuese netamente popular, sin dejar de poseer una gran cantidad de elementos esotéricos, es decir, "Una carga muy importante de enigmas y de misterios"

La herejía fue un desafió a la Iglesia Católica. El descubrimiento de este desafió causó una intensa crisis a finales del siglo XII. A este desafió, la Cruzada y la Inquisición dieron una respuesta violenta. Y hay que entender la violencia y la brutalidad contra los cataros, a causa de la crisis del pontificado de Inocencio III.

Este controvertido Papa comprendió mejor que nadie de su tiempo que el catarismo había surgido en Occidente, por una grave carencia de la Iglesia. Es decir una catequesis inadaptada a los problemas cotidianos vividos por los laicos. Y una culpable vida de relajo de clérigos demasiado atraídos por las facilidades del mundo temporal.

Se sabe que las ideas que mantenían "El Perfecto" es decir el Cátaro y el creyente, es decir el ser normal, tenían una diferenciación de criterios abismales.

Los Cataros transmitían a sus hijos todos sus conocimientos...

http://club.telepolis.com/jesusagrario/cataros/loscataros.htm