EL CATARISMO Y LOS CATAROS EN LAS TIERRA DE OCCITANIA.

giovedì 31 gennaio 2008

CARCASSONNE

Carcassonne está situada en la región francesa de Aude, a 160 kilómetros de la frontera española y a noventa de Toulouse. Con 45.000 habitantes, en la ciudad se distinguen dos partes claramente diferenciadas: la ciudadela fortificada, importante enclave medieval que jugó un importante papel en la cruzada contra los albigenses; y la villa, creada posteriormente para dar cabida al crecimiento de la población.

Los primeros asentamientos en lo que hoy es Carcassonne se produjeron hacia el siglo VI a.C., como demuestran las excavaciones arqueológicas que han localizado restos de cabañas construidas por los Iberos. Estos pobladores fueron desplazados hacia el 300 a.C. por los Volcae-Tectosages, una tribu de origen centroeuropeo.

Los romanos conquistaron la región de Narbona el 122 a.C., y se asentaron en Carcassonne debido a las condiciones estratégicas que le permiten dominar la zona. A ellos se atribuye la construcción de las primeras murallas, como demuestra la construcción de las torres y las murallas evitando las líneas rectas, en un intento de reducir la efectividad de un ataque con arietes. Los muros se construyen con capas alternadas de piezas de piedra y bandas de ladrillo rojo.

La situación estratégica en que se ubica la ciudad la convirtió en un importante objetivo de conquista durante las distintas épocas de la historia. Como consecuencia de esto, las fortificaciones de la plaza sufrieron continuas ampliaciones y mejoras para adaptarse a la evolución de las técnicas de guerra.

En el año 350 la ciudad fue tomada por los francos, aunque los romanos la recuperaron enseguida y comprendieron la necesidad de reforzar sus defensas. Sin embargo no fue suficiente para evitar que la ciudad cayera en manos de los visigodos en 436, durante el reinado de Teodorico.

Las técnicas constructivas desarrolladas por los romanos para sus fortificaciones permanentes fueron imitadas por los visigodos para compensar sus pocos conocimientos arquitectónicos. Su actividad, difícilmente diferenciable de la de sus antecesores, no aportó nada nuevo a las construcciones sino que se limitó a reponer los destrozos causados durante las batallas con que reyes locales como Clovis, Gondebaud y Gontran intentaban recuperar la ciudad.




Entre los siglos XI y XIII se acometieron importantes obras como el Palacio Condal y la reconstrucción de las murallas, que después del período visigodo, y especialmente desde la conquista de la ciudad por parte de los sarracenos, estaban bastante maltrechas.

Bernard Aton Trencavel, vizconde de Albi, Nimes y Béziers se proclamó vizconde de Carcassonne, que hasta entonces había pertenecido al condado de Barcelona y que no reclamó su feudo.

Situada en un estratégico nudo de comunicaciones, la ciudad nadaba en la abundancia debido a los altos impuestos, hasta la mitad del valor de las mercancías, que cobraba a los comerciantes. Esto la convirtió en un apetitoso bocado para las intrigas de los nobles, y el Catarismo fue la excusa ideal para conquistar la ciudad.
http://www.lector.net/phyfeb99/carcaso.htm

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